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El Perdón

El libro de Job nos cuenta cómo los amigos de Job lo hirieron tremendamente. Lo traicionaron, fueron desleales, lo criticaron y lo mal interpretaron. Nada hiere tanto como ser malinterpretado o acusado falsamente. ¡Y ni siquiera fue falta de Job! Él era inocente. Tenía todo el derecho de estar resentido.

Pero Dios hizo un giro de 180 grados en la vida de Job – no después que Job se vengara o dejara crecer su resentimiento. Dios trabajó en la vida de Job después que Job dejó ir a sus ofensores y los perdonó. La Biblia nos dice que no solamente los dejó ir, sino que también oró por ellos (Job 42:10).

La amargura de corazón hace cosas extrañas en tu personalidad. No fuimos creados para ir por la vida cargando resentimiento. Se cobra un precio en nuestra vida.

Perdona, y Sigue Adelante
Mientras te concentres en alguien que te ha ofendido, esa persona te controlará. Estarás preocupado por algo que esa persona ya ha olvidado.

Mucho antes de que la psicología existiera, Job dijo que hay tres pasos para la sanación interior:

1. Libera tu corazón. Si quieres estar emocionalmente sano de una herida, tienes que liberar al que te ofendió – a pesar de que quieras o no. No trates de vengarte. Perdona a esa persona, y luego ponla en libertad.

2. Acercarte a Dios. Es necesario invitar a Cristo a entrar en tu vida y que te llene de su perdón. ¿Por qué? Yo no creo que puedas tener suficiente perdón en tu vida para soportar todas las heridas que vas a enfrentar, no sólo las del pasado, pero las que tendrás desde ahora hasta el día que mueras.

¿Te acuerdas de la historia de Corrie Ten Boom? Ella escondió judíos en su apartamento para protegerlos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando fueron capturados, no sólo enviaron a los Judíos a los campos de concentración, si no también Corrie y a su familia. Todos los miembros de su familia murieron en los campos de concentración, excepto Corrie, y tuvo que soportar el ser torturada y abusada. Después de la guerra ella regresó y se reunió con los guardias que la habían abusado, y los perdonó. Tú no puedes hacer esto con un perdón humano. Necesitas el poder sobrenatural de Dios en tu vida con el fin de olvidarlo y ser capaz de decir: "No estuvo bien, no fue divertido, estuvo muy mal. Pero creo que Dios puede sacar bien del mal, y de alguna manera el resto de mi vida va a ser lo mejor de mi vida."

3. Enfrenta al mundo otra vez. Cuando estamos heridos, somos tentados a encerrarnos en un caparazón, construir una pared, y decidir no dejar que nadie se acerque a nosotros. Cuando haces esto realmente sólo te haces daño a ti mismo. El permitir que lo que te sucedió en el pasado defina tu identidad es como conducir un coche mirando por el espejo retrovisor. Te vas a estrellar. Tienes que afrontar el futuro y volver a vivir. No importa tanto dónde has estado, como hacia dónde te diriges.


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